El camino al Vao: prueba de obstáculos

El paso del invierno, las lluvias primaverales, el uso eminentemente agrícola y el poco mantenimiento hay dado como consecuencia que el camino al «Vao» sea poco menos que una prueba de habilidad para salvar obstáculos.

Hoy por hoy, si queremos ir a la zona conocida como «Vao de San Benito» todo dependerá del vehículo que tengamos para trasladarnos. Si tenemos un todoterreno, podremos llegar sin mucha dificultad, e incluso con algo de diversión. Al igual que si tenemos una moto de cros o un quad. Ahora, si queremos hacer nuestro trayecto en bici, ésta deberá ser de montaña. Pero si lo que tenemos es un coche normal, nos podemos olvidar.

A día de hoy, los baches, surcos, piedras sueltas y demás obstáculos insalvables para un vehículo que tenga menos de 30 cm de altura libre al suelo, hacen que el desplazamiento a este enclave natural esté reservado a unos pocos privilegiados.

Las dificultades empiezan nada más salir del pueblo, ya que a mitad de la «cuesta del Quinto» ya encontramos varios baches en el suelo de hormigón. Así como en prácticamente en todas las vaguadas del camino han aflorado grandes piedras al haber atravesado el agua por el medio de dicha calzada.

Pero el tramo que peor está son los 500 metros comprendidos entre la granja agropecuaria y el primer paso canadiense.

Es una lástima que esos 500 metros de camino impracticable y algún que otro punto, impidan el tránsito de vehículos que no sean todo terreno, a un punto de recreo muy frecuentado en otros tiempos tanto por vecinos como visitantes.